Es el momento de confesar aquí el momento más feliz e importante, en lo personal, del año que se acaba de ir (sí, podría haber escogido el momento más amargo o difícil pero ya sabéis que eso no va mucho conmigo). La verdad es que me resulta increíblemente sencillo de elegir y, aunque a alguno le puede parecer trivial, os garantizo que esconde detrás muuuuuuucho más de lo que parece. Dicen que para que algo sea posible hay que soñarlo primero, muchos llevábamos ya diez largos años soñándolo y hace unos meses, por fin, el sueño se hizo realidad...



Os juro que se me saltaban/se me saltaron las lágrimas. Aún hay tantas emociones contenidas de ese día (y mira que nos contuvimos poco) que rememorarlo en los resúmenes de final de año, o sencillamente recordarlo, me pone la piel de gallina. Tanta gente repartida por tantas partes de España y del mundo que estuvo pendiente y que se llevó una alegría, está al alcance de muy pocos equipos, pero hay que remarcar los 8000 que seguimos ahí atravesando un descenso muy doloroso, una quiebra económica que no acabó con nosotros de milagro, más cerca de bajar que de subir en lo deportivo, viendo partidos horribles ya sin jugarte nada que resultaban insoportables salvo desde la pasión por unos colores y con mucho sufrimiento debido a ello mismo, sin importar lluvías, granizos u otros planes de fin de semana...
Todo esto ha ido por ellos, por nosotros... ahora ya formamos parte también de un momento histórico que espero nos tenga mucho tiempo en primera. Cuando así sea, y la gente haya olvidado lo duro que fue volver a llegar y pite al equipo si no queda entre los doce o catorce primeros cómodamente... habrá que saber recordar como nos caímos y nos supimos volver a levantar, aunque costase diez largos años. A algunos no nos hará falta mirar atrás, por que lo vivido el pasado quince de junio no podremos olvidarlo nunca.
En fin, este año ha sido estupendo para todas las personas de corazón sportinguista en mayor o menor medida, sea por un sentimiento propio o por haberse ido contagiando a lo largo de los últimos años de oirnos a unos muchos. Comienzo este año lleno de ilusiones, con el equipo de Asturias en primera y su filial en segunda división B (junto al Marino, el siguiente de la provincia) y mandando un abrazo a mi compañero de abono por los partidos vistos y por los muchos que quedan por ver, así como a Rocío que se subió abordo en el momento justo y trayendo mucha suerte. Buena falta hacía...