Probablemente tratando de llenar el vacio que deja la finalización de toda obra de largo recorrido y completamente seguro que como fruto de su búsqueda por introducir nuevos formatos y géneros en el mundo cómic en general (donde como sabemos todo tiene cabida, igual que en cualquier otro medio narrativo) y en España en particular, el caso es que Ángel de la Calle decidió que el proyecto que seguiría a su Modotti iba a ser un diario al estilo de los hacían Sfar o Trondheim, pero centrado en la Semana Negra.
Esa era la idea original pero la vida, como siempre, se abre paso a su manera y el proyecto ha ido creciendo, desarrollandose por caminos inesperados, hasta abarcar muchos aspectos más de la vida de Ángel, que es de todo menos aburrida. Así, aunque provisionalmente el títuto seguirá siendo algo parecido al de Diario de un Festival, la historia abarcará desde los meses previos al transcurso de la Semana Negra hasta el final del presente 2005, en el que será tan sólo el primero de una serie de diarios semejantes o, al menos, esa es la idea en este instante.
Eso sí, antes de pasar a echar un primer vistazo al aspecto que tendrá este proyecto, quiero hacer un par de puntualizaciones probablemente innecesarias pero al mismo tiempo imprescindibles: todo lo que sigue a continuación es, como buen diario que se precie, personal y subjetivo, de modo que como tal hay que entenderlo. También como todo diario ha de contar con la frescura del día a día, motivo este por el que las imágenes están montadas para que el orden sea cronológico (Ángel las va realizando en 3 cuadernos distintos) pero no están retocadas en modo alguno: lo que veréis es lo que sale directamente de la mano del autor, errores incluidos. Como tercer aviso decir que la vida de De la Calle intersecciona frecuentemente, sobre todo durante esas fechas, con las vidas de muchos otros personajes que os resultaran conocidos, Paco Ignacio Taibo y yo mismo incluidos, así que serán muchos los secretos y las conversaciones que quedarán al descubierto para que los disfrutéis..... yo no digo más sino que os dejo aquí algunas de las páginas para que las disfrutéis. Esta es la primera:
Y ahora veréis como se repartieron las camas en el Salón de Barcelona. La historia es totalmente verídica y he de reconocer que la bronca que Pilar, la directora del Salón, le echa a Ángel también lo es. ¡Leed, leed!
Obviamente las maletas no habían sido extraviadas realmente, jeje, pero a nadie que haya viajado en avión le puede extrañar en absoluto ¿no es cierto?. A continuación una página de hace apenas unos días en la que podéis ver una de las conversaciones típicas entre Ángel y yo: largas, con un café o té en medio, curiosamente igual de dilatadas si estamos de acuerdo en lo que pensamos como si no y tratando de descubrir algunos de los misterios del mundo del cómic que nos resultan incomprensibles.
En este caso este fue el tema... ¿no me digáis que no es verdad?. Parece haber un cierto sentido de insignificancia autoinducida en los profesionales del cómic que no se encuentra en ningún género. Yo no puedo imaginar a un director de cine reconociendo que hace años que no ve ninguna película pero que además (y eso que no las ve) todo lo que se hace, o casi todo al menos, es muy malo. La cosa es aun más extraña cuando se lo oimos a autores que respetamos tanto en lo profesional y que queremos tanto en lo personal como Horacio Altuna, uno de los que autores a los que aludimos en esa conversación y que es el que Ángel refleja en la página aprovechando, supongo, la amistad que nos une con él. Y para los que os lo preguntéis, decir que el número de páginas no está claro aunque será relativamente elevado (y sigue creciendo a pesar de estar aún comenzando octubre), como no se sabe aún con certeza cual será la editorial que lo publicará si es que Ángel de la Calle no decidé autoeditarlo, claro.
Eso sí, esperamos (uso la primera persona del plural ya que Ángel también se pasa frecuentemente por este blog) vuestros comentarios y opiniones.